Acelerado por la veloz transformación de las organizaciones y por cerca de dos años de trabajo remoto, el mundo del trabajo se transformó y esos cambios llegaron para quedarse. La doble disrupción de la digitalización de la economía y la pandemia han hecho que las necesidades de talento países y las organizaciones se hayan modificado rápidamente. El mundo laboral y las expectativas que tienen los empleados -que para 2025 serán en un 75%, nativos digitales-, deberán ajustarse a una generación para la cual la formación y las relaciones con las personas a través de herramientas y plataformas de tecnología móvil son totalmente naturales.
Se espera que, para dentro de los próximos cuatro años, el tiempo dedicado a tareas realizadas por humanos sea el equivalente al tiempo de tareas realizadas por máquinas. Y si bien esto generará una disrupción que desplazará 85 millones de puestos de trabajo, el Foro Económico Mundial estima que, al tiempo, se crearán 97 millones de trabajos nuevos., y que el 77% de los trabajos estarán permeados por la tecnología.
Aunque esta transformación traerá sin duda una mayor productividad, crecimiento del PIB, mejor desempeño de las empresas y nueva prosperidad, lo cierto es que también está alterando las habilidades que las organizaciones requieren para la era de la Cuarta Revolución Industrial. Actualmente en LinkedIn existen 15 millones de puestos para programadores en todo el mundo. Y no sólo han cambiado los perfiles laborales, también lo ha hecho la modalidad del trabajo: la plataforma LinkedIn ha visto multiplicarse por 5 el número de ofertas de trabajo remoto, una clara prueba de que, en una economía crecientemente digital, la ubicación geográfica ya no es un límite.
La paradoja es que, mientras que, por falta de talento, sólo el 33% de los empleos que requieren competencias digitales son llenados a nivel mundial, el mundo entero enfrenta altas tasas de desempleo, en particular entre los jóvenes. Panamá no es la excepción. De acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Censo (INEC), en el 2021, el 21,3% de los jóvenes panameños se encontraban desempleados, duplicando la tasa de desocupación nacional.
Con las acciones adecuadas, este preocupante panorama representa a la vez una oportunidad. Se estima que, para 2022, se requerirá que 808 millones de personas adquieran nuevas competencias (especialmente enfocadas a tecnología) y las decisiones que tomemos hoy determinarán el curso de las vidas y los medios de subsistencia de generaciones enteras. Para aprovechar las nuevas oportunidades, los sistemas educativos y la formación para el trabajo se deben adaptar para que las personas puedan prosperar en un nuevo entorno, encontrar oportunidades y empleos sostenibles y de calidad. Con las decisiones correctas, Panamá tendrá la oportunidad de sacar ventajas sobre otros competidores en un mercado laboral cada vez más global si logra reconvertir parte de su oferta a nuevas áreas del conocimiento.
Cerrar estas brechas de competencias genera un círculo virtuoso: las compañías tienen menos dificultades para encontrar talento, reduciendo costos de contratación y de formación, aumentando su productividad y sus perspectivas de crecimiento. Al mismo tiempo la empleabilidad mejora cuando los jóvenes logran identificar las habilidades que el mercado más demanda y cuando consiguen capacitarse en las habilidades que les permitirán encajar en esos perfiles de empleos de mejor calidad y remuneración. Y, finalmente, al tener mano de obra mejor capacitada en tecnologías y una juventud mejor preparada y más productiva impulsa la transformación digital y el desarrollo, la innovación y la competitividad del país.
La tecnología y las herramientas digitales pueden desempeñar un papel central en el fomento de un mercado laboral más inclusivo y adaptado a la demanda. En 2020, Microsoft implementó la iniciativa Global Skilling, mediante la cual dio acceso gratuito a sus plataformas Microsoft Learn y LinkedIn Learning y GitHub Lab para ayudar a quienes buscan empleo, a las organizaciones públicas y privadas a asegurar que el talento tenga las competencias digitales necesarias para esta transición. Gracias a esta iniciativa, 28,950 personas en el país se inscribieron gratuitamente en alguna de sus rutas de aprendizaje en Servicio al Cliente, Soporte de TI y Soporte técnico, Analista de Datos y computación en la nube y cientos de entrenamientos más.
Adicionalmente, Microsoft ha desarrollado alianzas con organizaciones públicas y privadas de toda la región para formar y certificar talento con las habilidades del siglo XXI y preparar a los panameños para los trabajos del futuro. La alianza celebrada con el ITSE, que busca formar a los jóvenes en las competencias digitales de mayor demanda en el mercado, es una apuesta importante en este sentido.
Sin embargo, no basta con tomar acciones en las etapas finales de la formación. La experiencia internacional ha demostrado que, para preparar adecuadamente a los niños y jóvenes para un mundo cada vez más digital, es necesario introducir la tecnología en los currículos de aprendizaje desde los primeros años de la escuela. Para sembrar habilidades fundacionales sólidas en las generaciones de futuros profesionales panameños, Microsoft trabajó de la mano del Ministerio de Educación -MEDUCA- para apoyar a la educación básica y media durante los retos de la crisis de salud pública. Gracias a esta colaboración, 55 mil docentes y 800 mil de estudiantes tienen hoy acceso a la mejor tecnología para la educación. Y como la capacitación de los maestros era crítica para asegurar que puedan aprovechar estas herramientas en sus labores pedagógicas, 16 mil maestros recibieron las capacitaciones necesarias para empoderarse e innovar sus métodos pedagógicos.