La guerra cibernética generalmente se define como un conjunto de acciones por parte de una nación u organización para atacar los sistemas de redes informáticas de países o instituciones con la intención de interrumpir, dañar o destruir la infraestructura mediante virus informáticos o ataques de denegación de servicio.
La guerra cibernética implica armar habilidades de piratería informática para iniciar ataques o prevenir diferentes tipos de ataques cibernéticos. Si bien la piratería comenzó como ataques localizados y relativamente modestos contra ciertos individuos o sistemas, a medida que los atacantes, los conglomerados de delitos cibernéticos organizados y los estados-nación han notado la ventaja estratégica o económica que crean los ataques cibernéticos, se han producido ataques cada vez más notorios.
En muchos casos, los piratas informáticos que buscan ganar reputación en la comunidad de ciberdelincuentes también han lanzado ataques de alto perfil unilateralmente, ganándose reputación tanto con los ciberdelincuentes como con la opinión pública en general.
¿Cuáles son algunas de las amenazas utilizadas frecuentemente en la ciberguerra?
Aunque las oportunidades que presenta la guerra cibernética son amplias y es probable que inspiren nuevos métodos de ataque, las organizaciones pueden hacer mucho para minimizar la posibilidad de verse afectadas por un ataque:
No es coincidencia que las estafas de phishing se hayan vuelto populares. El phishing involucra a un atacante que engaña a alguien para que divulgue credenciales confidenciales. El uso de herramientas avanzadas e integradas de seguridad elimina inmediatamente a su organización de la lista de objetivos fáciles para los ciberatacantes, por ejemplo firewall de próxima generación (NGFW), firewall de aplicaciones web (WAF), sistemas de detección y prevención de intrusiones, antimalware y otras soluciones.
Puede usar ataques cibernéticos conocidos y sus metodologías, así como las estadísticas de ciberseguridad más recientes, para educar a los empleados sobre lo que deben tener en cuenta. Un evento no tiene que ser el mayor ciberataque de la historia para dañar a su organización. Si los empleados conocen las señales y saben cómo ser ciber responsables, puede reducir significativamente las posibilidades de un ataque exitoso.
Algunos de los ataques cibernéticos más peligrosos tuvieron éxito solo porque las redes a las que apuntaban no estaban segmentadas correctamente. Mantenga los datos confidenciales y cualquier otra cosa atractiva para los ciberdelincuentes separados del resto de la red. De esta manera, una propagación de este a oeste de un ataque hará menos daño.
A medida que las naciones exploran el uso de operaciones cibernéticas y combinan sus capacidades, aumenta la probabilidad de confrontación física y violencia como resultado de, o parte de, una operación cibernética. Está claro que muchos países tienen hoy capacidades de ciberguerra activas para operaciones ofensivas y defensivas, y es mejor estar preparados.