Hasta la vista Baby, ¿Ha llegado la revolución de las máquinas?

Edwin Contreras - Líder de Marketing y Estrategia para +Móvil Negocios en Panamá.

Soy un amante de la ciencia ficción y lo he sido desde niño, por lo que la frase “Hasta la vista baby” que escuché en mi infancia quedó grabada en mi cerebro, al principio para representar lo “cool” y a la vez atemorizante que puede ser un robot y luego, a lo largo de los años, para reflexionar sobre esos temores intrínsecos al desarrollo de nuevas tecnologías que surgen de vez en vez. 

Estamos en una época que acerca cada vez más la realidad con la ciencia ficción, llegando incluso a superarla, las innovaciones en ciencia y tecnología se siguen una tras otra, tal vez a una velocidad que puede abrumar y generar temores ante estas novedades, sobre todo las que tocan la estabilidad de nuestra rutina ya conocida.

El temor al cambio ha sido nuestro compañero de viaje

"El día que yo nací, mi madre parió dos gemelos: yo y mi miedo", Thomas Hobbes.

El miedo al cambio no es nuevo, nos ha acompañado desde siempre por lo que vale la pena hacer un breve recuento de algunos ejemplos en donde nuevas tecnologías han despertado este temor en diversos grupos, que no siempre representan a la mayoría, pero que tienden a ser muy ruidosos.

En algún momento algunos, como Platón, consideraron que la escritura haría que el ser humano descuidara el uso de la memoria, a medio camino del siglo XV era la imprenta la que generaba temores asociados al riesgo de democratizar el conocimiento. La máquina de vapor, que trajo consigo la primera revolución industrial o Industria 1.0, encontró miedo y resistencia por parte de personas que asociaban a estas “máquinas” las precarias condiciones en las que vivían.  Fue justamente en esta misma era industrial en que nació el ferrocarril y por supuesto que con él vinieron muchos argumentos en contra, atribuyéndole incluso enfermedades mortales. Ni que decir de las fobias que trajo consigo el surgimiento de la electricidad.

Angry people

A partir de este momento la innovación tecnológica no hizo mas que acelerar y seguir creando, el cine, la radio, la televisión, y una serie de “inventos” creados para “destruir a la humanidad”, como el microondas, del que se llegó a afirmar causaba padecimientos como la ceguera, malformaciones, daños por radioactividad y una serie larga de etcéteras, creencias que hoy en día nadie, o casi nadie toma por ciertas, especialmente si se ha dado el tiempo de investigar un poco.

La revolución de las máquinas ya no es ficción.

Este último medio siglo ha sido particularmente fructífero en cuanto a avances tecnológicos, arrancando allá por los setenta, de la mano de los computadores y la robótica la tercera revolución industrial, donde nuevamente los temores de personas, que veían que sus trabajos eran realizados por máquinas, generaron todo tipo de reacciones.  

Revolución

Llegó el internet, la inteligencia artificial, el 5G, la nube y muchas innovaciones más, y así se abrieron las puertas de la cuarta revolución industrial o industria 4.0 en cuya plenitud nos encontramos, acá los temores, como el pop corn, han reventado por todos lados y con todo tipo de argumentos, principalmente alrededor del desempleo masivo que la robótica e inteligencia artificial crearán y del alcance que estas “inteligencias” podrán llegar a tener sobre la vida del ser humano. Andrés Oppenhaimer en su libro ¡Sálvese quien pueda!, centra la reflexión en la automatización y su impacto en los empleos actuales, planteando además cómo será el escenario laboral en el futuro cercano. De forma ingeniosa nos acerca y aleja de un escenario que puede evocar el Robopocalipsis y al final nos invita, casi empuja, a reconocer que lo importante es entender los cambios, adaptarse y seguir adelante aprovechando la innovación, como lo han hecho generaciones y generaciones antes de la nuestra.

¿Qué bando tomar?

Vale la pena mencionar que, muchas de las críticas a innovaciones tecnológicas, han venido de personajes e instituciones del mundo académico y científico que han argumentado en contra de dichos avances, en muchos casos porque amenazaban de alguna forma el statu quo del momento, porque no se comprendían estas nuevas tecnologías o porque realmente planteaban un riesgo potencial, han surgido términos como tecnofobia, tecnoestrés, tecnopesimista, tecnooptimista, entre otros, que están siendo empleados para definir posiciones en esta discusión, que bien llevada es sana para el desarrollo humano, ya que es contrario a la lógica el asumir que la innovación tecnológica no tiene consecuencias, por supuesto que las tiene, de hecho, el principal objetivo de una innovación es alterar lo existente con nuevas cosas, pero la palabra consecuencia, normalmente usada en sentido negativo, realmente hace referencia a todo lo bueno y malo que resulta de una acción, ¿están despareciendo empleos a causa de la innovación tecnológica?, por supuesto que sí y seguirán desapareciendo, pero también seguirán creándose nuevos empleos y otros evolucionarán. ¿Hay riesgos en las nuevas tecnologías?, la respuesta es un rotundo sí, pero estos riesgos están más asociados al factor humano que decide el uso, bueno o malo, que les da y a las regulaciones, o falta de ellas. Usar de forma responsable la tecnología es la mejor manera de superar el miedo a la misma.

Y entonces… ¿qué hacemos con el miedo?

Recordemos que el miedo es natural en los seres vivos y los humanos no estamos exentos, de hecho, ha sido el miedo el que nos ha permitido evolucionar, adaptarnos y sobrevivir a lo largo de nuestra historia, no podemos verlo como algo negativo. Hoy tenemos la información al alcance de un toque, pero también la desinformación, no creamos todo lo que vemos, escuchamos y leemos, busquemos contrastar con fuentes apropiadas y, sobre todo, aceptemos el miedo al cambio como algo que nos debe impulsar a entenderlo y no a rechazarlo.

Handshake

¿Ha llegado la revolución de las máquinas?, diría que ha empezado, falta aún camino por recorrer para que se concrete, pero cuando lo haga no tiene por qué ser algo malo para nosotros.

Muchos recordamos la frase “Hasta la vista baby”, pero no todos como fue aprendida, ni la asociamos con el hecho de que la dijo una máquina en el momento culmen en que defendía a la humanidad.

Si lo primero que vino a tu mente fue ver la película o buscar en internet la escena, felicidades, estas contrastando la información.